Este blog
ha sido testigo de los jalones que vertebran mi trayectoria universitaria.
Nació hace casi seis años, al calor del entusiasmo de mis entonces compañeros
de claustro. Leonarda García, Miguel Ángel Hernández y Ángel Cobacho
habían creado en la red sus particulares cuadernos de bitácora, en los que
plasmaban quehaceres e inquietudes. Quise yo asomarme también a ese balcón
virtual; lo hice abriendo Persona, cuyo primer post apareció el 27 de
noviembre de 2007 (“Mónadas
con ventanas”). Éramos todos profesores e investigadores noveles en un claustro, el de la Universidad “San Antonio” de Murcia, que
poco a poco se fue disgregando para sembrar de futuro otros lugares. Yo tuve la
dicha de presenciar esa brillante eclosión y esa epopeya. Mi salida quedó rubricada
por el relato del 19 de septiembre de 2009 (“El día
de ayer”) y por tantas reacciones afectuosas que aún hoy me emociona
releer.
El siguiente
jalón fue recogido en un post del 13 de septiembre de 2010 (“El día de
hoy”). Tras una larga y hermosa estancia investigadora en Italia me
reincorporaba con gozo a la tarea universitaria en España. Fue gracias a mi
querida Universidad CEU Cardenal Herrera, en la que me reencontré con amigos
que ahora lo son todavía más y conocí a personas a las que aprecio y admiro;
con todos ellos, y junto a tanta gente de bien, ha transcurrido mi existencia en
Elche hasta julio. En la UCH hallé un claustro entusiasta, ahormado por la
entrega y el trabajo bien hecho, y un bienhumorado enjambre de queridos estudiantes
que con su ansia de saber me han edificado tanto: recordar a todos ellos es volver
a hilar la trama de las vivencias que me constituyen y que ya nunca me dejarán.
Han pasado
tres años desde entonces. Ante mí se despliega ahora un quehacer nuevo en una
nueva ciudad. A principios de septiembre comencé mi andadura en el departamento
de Filosofía de la Universitat de València. Hace un mes… y siento ya esta casa como
mi hogar y a sus habitantes como a mis compañeros de viaje y mis camaradas. Nada
de lo anterior se pierde: llevo a todos en el corazón, como se lleva la
presencia entrañable del ser a quien amas. El día de mañana ha de ser siempre
ya así, vivido por otros, bullicioso en su callado pálpito, habitado por aquellos
con quienes he sido y soy. Día que se renueva, don inmerecido ante
el que la única actitud adecuada es el agradecimiento.
__________
En la
imagen: fotografía de la avenida Blasco Ibáñez, donde se ubica la Facultad de Filosofía, tomada el 7 de septiembre de
2013, fecha de mi ingreso en el claustro de la Universitat de València.
3 comentarios:
Querido Pedro, siempre tan exacto en tus palabras y en tus emociones, un placer haber sido parte de tu ayer. Enhorabuena
Pedro, preciosas reflexiones, como siempre. Me encanta ver que sigues siendo un entusiasta y que afrontas tu nueva etapa desde la paz y el equilibrio, agregando lo nuevo, nunca restando. Vivir el presente, proyectados al futuro y sin olvidar nuestro pasado. Gracias por tus palabras. un abrazo fuerte
"que poco a poco se fue disgregando para sembrar de futuro otros lugares"....
Me ha llegado esta frase Pedro. Dichoso el lugar que os acogió, y dichosos los lugares que os acogen ahora, personas como vosotros no se encuentran todos los días. Que Dios os bendiga. Un abrazo bien fuerte.
Publicar un comentario