lunes, 1 de marzo de 2010

El temblor de Chile



























Mi querido Chile apenas comienza a recuperarse de los efectos del devastador movimiento sísmico que tuvo lugar en la madrugada del sábado 27. El terremoto, de primer orden, superó en intensidad al trágico sismo de Haití; sin embargo, la mejor preparación del país -"Chile es un país sísmico. Por tanto, ¡debemos estar preparados!", reza el lema de la Oficina Nacional de Emergencias- ha evitado una mayor sangría. Con todo, han fallecido más de setecientas personas, según la última estimación comunicada por Michelle Bachelet, y hay aproximadamente dos millones de damnificados; en estos momentos tienen lugar, particularmente en la ciudad de Concepción (región del Bío Bío) conflictos callejeros asociados al saqueo de comercios. A través de la Televisión nacional de Chile he podido seguir la detallada e impresionante crónica televisiva emitida en directo.

Chile es un gran país. Tras las elecciones que han dado la victoria a Sebastián Piñera, en un contexto de alternancia caracterizado por una admirable normalidad democrática, la nueva orientación política aportará renovaciones estructurales ahora espoleadas por la urgencia. Será el 11 de marzo cuando se inicie la nueva legislatura, marcada ya por el azote inesperado del temblor. "Anduve caminando / sobre el salitre; / la muerte me miraba, / yo estaba triste": así reza el poema titulado "Chile" en la antología de Nicolás Guillén La paloma de vuelo popular (1958):

Chile: tu blanco lucero.
Tu pie sur en un estrecho,
zapato de espuma y viento.
Tu viento quiero.

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En las imágenes: fachada del Museo de arte contemporáneo en Santiago de Chile y estado de una vía en la capital, tras el terremoto. (c) Globovisión (fuente: flickr.com).

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