¡El mar, el mar siempre recomenzado!
¡Qué regalo después de un pensamiento
ver moroso la calma de los dioses!
(Paul Valéry, El cementerio marino)
Esta tarde he ido a visitar a Laura Zampieri en el hospital de Negrar, a las afueras de Verona. O, al menos, ésa era mi intención. Un error al leer el mapa me ha llevado a Lazise… junto al lago de Garda. Así que me he bajado del coche para disfrutar del paisaje. Se trata del lago más extenso y voluminoso de Italia, originado parcialmente por una glaciación. Hoy ha llovido durante todo el día: una cortina de agua recia e inagotable. La foto recoge un instante de gracia. Tras los picos recortados contra la luz crepuscular, el sol se oculta en el horizonte, fragua lejana de truenos amortiguados. Junto a la orilla, un par de patos chapotea ante el objetivo, indiferente al derroche de agua pluvial y lacustre.
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En la imagen: un detalle del lago de Garda, junto a Lazise. © P. J. Teruel, 2010.
domingo, 20 de junio de 2010
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