lunes, 20 de marzo de 2017

Los nombres de Pepa

















Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era sólo
mi vivir: era el nuestro. Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte.

La vida se declina de muchas maneras. Cada una de ellas expresa el modo en que conjugamos nuestra relación con los demás. Y cada una nos cosecha un nombre que dice algo de nuestra identidad. Hay personas muy agraciadas: cuando su final aquilata lo que han llegado a ser, cuentan en su haber con muchos nombres.
Hace una semana que nos dejaste. Tu existencia ha sido una bendición y has dejado tras de ti una estela de bendiciones. Hoy te llamamos, finalmente, por tus nombres. Y son algunos de ellos: hija, hermana, esposa, madre, abuela, amiga. Y también: trabajadora infatigable, cobijo para los otros, buscadora de la paz.
Esos nombres son prenda, delicada y preciosa, de ti misma. Se suman a tantas bendiciones que tu familia estirpe de mujeres y hombres fuertes nos deja como herencia. Por eso nosotros, de este lado de la no muerte, os llamamos bienaventurados y benditos.

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Los versos iniciales pertenecen al poemario de Pedro Salinas La voz a ti debida (1933). En la imagen, "Albox: flor del almendro" (fuente: www.oria.es).


2 comentarios:

Unknown dijo...

Maravilloso, Pedro. Te acompaño sea quien fuere. Y te abrazo

Pedro Jesús Teruel dijo...

Querida Feli: ¡Mil gracias!