El sábado pasado estuvimos de relaciones públicas. Presentamos en sociedad nuestra asociación “Ciudadanos por la unidad” y la revista, editada por “Ciudadanos”, Unidad en la pluralidad. Fue un acto hermoso, tanto por lo que allí se dijo como por el agradecido público y el marco arquitectónico (el palacete Ruano, situado en el centro de Lorca). La conferencia inaugural corrió a cargo de nuestro querido Enrique. En el editorial programático, publicado en el primer número de Unidad, afirmábamos que la revista tiene una intención eminentemente política; comentando esa frase, Enrique reparó en que, en nuestro contexto social, a quien dice eso se le pregunta casi de forma automática a qué partido pertenece – cosa que contraviene el espíritu mismo del compromiso político.
Me parece que dio en el clavo de uno de los grandes males que afligen a nuestra convivencia: identificar política con partidismo, con parcialidad y con pugna. Sin embargo, la política hace referencia a algo de mayor raigambre: el cuidado de la polis, de la ciudad. No se trata sólo – por importante que esto pueda ser – de un cierto interés por el marco que nos permite vivir en paz y desarrollarnos como colectivo y como individuos. El cuidado es un fenómeno propiamente humano, tal y como han puesto de manifiesto con especial finura pensadores como Heidegger y, en España, Ortega y Gasset o Marías. El ser humano se cuida de las cosas, se ocupa y se pre-ocupa de ellas.
Una de las palabras más hermosas de la lengua castellana recoge ese espíritu: esmero. El hombre y la mujer son capaces de esmerarse. No sólo hacen y deshacen, conocen y actúan sino que hacen, buscan el conocimiento y obran (o, al menos, son capaces de hacerlo) con esmero. Esta característica presupone un cierto modo de estar en el mundo, como ser reflexivo y ético. Esmero. Se trata de la palabra con la que se cierra un hermoso film de Zhang Yimou, Ni uno menos. Y qué esmerado resulta el modo en que el chinito aquel escribe esa palabra, en hermosos caracteres de filigrana, sobre la pizarra de su clase. La empresa política, en nuestros días, precisa de ese cuidado y de ese esmero.
_______________
“Ciudadanos por la unidad” edita mensualmente la revista Unidad en la pluralidad. Con una tirada de 5.000 ejemplares, Unidad se distribuye tanto gratuitamente como a través de suscripción. La presentación de “Ciudadanos” tuvo lugar en Lorca el 15/12/2007. Martin Heidegger presentó la cura (Sorge) como característica originaria de lo humano en Ser y tiempo, obra publicada por primera vez en Halle a. d. Saale (Alemania) en 1927. La imagen procede del film Ni uno menos (1999), uno de los títulos más conocidos internacionalmente del cineasta de origen taiwanés Zhang Yimou.
_______________
“Ciudadanos por la unidad” edita mensualmente la revista Unidad en la pluralidad. Con una tirada de 5.000 ejemplares, Unidad se distribuye tanto gratuitamente como a través de suscripción. La presentación de “Ciudadanos” tuvo lugar en Lorca el 15/12/2007. Martin Heidegger presentó la cura (Sorge) como característica originaria de lo humano en Ser y tiempo, obra publicada por primera vez en Halle a. d. Saale (Alemania) en 1927. La imagen procede del film Ni uno menos (1999), uno de los títulos más conocidos internacionalmente del cineasta de origen taiwanés Zhang Yimou.
2 comentarios:
Pedro:
El otro día fui a vuestro seminario de Hannah Arendt en la sala capitular pero no os encontré :-(, sólo localicé una reunión de la ANECA, que creo está potenciando un sistema universitario contrario al conocimiento de carácter unitario que comentas en tu anterior post.
Por cierto, ha publicado Andrés Ibañez un artículo en ABC sobre el conocimiento que es muy bueno http://www.abc.es/abcd/imprimir.asp?id=8672&sec=38&num=828
Un abrazo,
Pd. Supongo que cuando hablas de Enrique te refieres a Henry, no? Este pensador-filósofo-jurista tiene tal entidad que sobran presentaciones o apellidos, jeje.
Tu artículo me ha recordado mucho a D. Julián, a quien profeso admiración desde mi adolescencia. Muy bueno.
Publicar un comentario