lunes, 11 de mayo de 2009

Con tu secreta tristeza



Durante los últimos días me he acordado de ti. Nos conocimos hace un año. Caminábamos juntos por el bulevar, sintiendo la proximidad reconfortante del agua salada. Este fin de semana estuve allí de nuevo, y me pregunté por los últimos meses de tu camino entre nosotros, y por la secreta tristeza que se ocultaba en tu corazón.

¡Nos dejaste tan de repente! Sin un ademán que nos permitiera entender.

Un día sucede
Las esferas celestes dejan de producir su música
La rueca se para
El hilo de oro se corta
Y la eléctrica orquesta de nuestro cerebro enmudece
Como se apagan en un pueblo las luces cansadas
Al llegar el alba.

La Naturaleza sigue exuberante en ese rincón junto al océano. Tú reposas bajo un nuevo sol protector, disuelto ya el hielo que habitaba en tu vientre. Ahora sabes de nuestro dolor y nuestra culpa. Ahora comprendes toda la hermosura y por qué este anhelo de eternidad. Acuérdate de nosotros, afectuosamente tuyos, María Jesús.

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En la imagen: Fotografía de Tonyç (fuente: www.flickr.com).

2 comentarios:

Mar dijo...

¡Qué manera más hermosa de relatar el adiós de un ser querido!
No lo haces con tristeza... aunque ella estaba triste sin demostrarlo.

Mientras la recuerdes, no se habrá ido: seguirá contigo. De otra manera, pero seguirá contigo.

Un abrazo.

Carmen dijo...

A veces parece que puedes leer el (mi) alma.