lunes, 13 de septiembre de 2010

El día de hoy














“Lasciate che ve lo dica e nessuno si offenda: voi siete tutti ladri; lo dico e lo ripeto, mi avete preso tutto. Mi avete incantato con la vostra amorevolezza, mi avete stupito con la vostra preghiera; mi rimaneva ancora questo povero cuore, di cui mi avete rubato gli affetti per intero. Ora avete preso possesso di questo cuore, cui nulla è più rimasto, se non un vivo desiderio di amarvi nel Signore, farvi del bene, salvare tutti”.

He querido retomar mi diario virtual con este pasaje, extraído de una carta dirigida por Giovanni Bosco a los jóvenes del colegio de Lanzo Torinese en marzo de 1876. Y he querido hacerlo en italiano, como homenaje a las muchas personas de bien de cuya presencia he tenido la ocasión de disfrutar durante mi última larga estancia en el bel paese. Allí he vivido y trabajado durante los últimos meses, como visiting professor en el departamento filosófico de la Universidad de Verona. Y de allí he vuelto a España para retomar mi trabajo en la Universidad.

En una nueva Universidad: la ya querida Cardenal Herrera de Valencia, en su campus de Elche. Y hoy lunes, de nuevo, el encuentro –el reencuentro– con los estudiantes. Parafraseando a Giovanni Bosco, también yo podría decir: “Os amo a todos de corazón; basta que seáis mis alumnos para que tanto os quiera”. La docencia y el discipulado son grandes cosas: y una gran cosa es que encuentren cabida y cobijo en una institución, la Universidad, que supone por ello uno de los orgullos de la historia humana.

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En la imagen: “Palmeras de Elche”, por Marcos González (fuente: flickr.com).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de que sigas con tu labor como docente universitario. Qué suerte tienen tus futuros alumnos, profesores universitarios como tú hacen falta. A buen seguro que Elche te gustará. Una de mis carreras universitarias la estudié en la UNED de Elche, y pude disfrutar de sus calles, del Palmeral, el Huerto del Cura, etc.
Suerte en tu nueva andadura.
El alumno anónimo.

Anónimo dijo...

Gracias...espero que también nosotros podamos aprender de ti ese amor a la enseñanza, y la sensación de que nos robe el corazón la educación y ofrecerle a nuestros alumnos la entereza y sinceridad que tu demuestras.