miércoles, 14 de marzo de 2012

Hace falta estar ciego
















Hace falta estar ciego,
tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio,
cal viva,
arena hirviendo,
para no ver la luz que salta en nuestros actos, que ilumina por dentro nuestra lengua,
nuestra diaria palabra.
Hace falta querer morir sin estela de gloria y de alegría,
sin participación en los himnos futuros,
sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado
sombrío de la tierra.
(...)

Se trata de un fragmento del poema homónimo de Rafael Alberti incluido en su libro De un momento a otro. Lo encontré en una antología del grupo poético del 27, un volumen de 1979 editado en Madrid por Cátedra que desde hace años me acompaña en mis mudanzas. Valía 160 pesetas cuando lo compró, según creo, mi hermano mayor.

¡Virtud de los libros! La urdimbre de la memoria se densifica en ellos hasta convertirlos en nuestros interlocutores. Nos hablan y les respondemos. Los libros son así.

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En la imagen: pieza del grupo escultórico Im Auge der Wahrheit (“En el ojo de la verdad”) de Anne y Patrick Poirier, emplazado frente al Archivo municipal de Múnich. El grupo incluye das Auge des Gedächtnisses (el "ojo de la memoria"), das Auge des Vergessens ("ojo del perdón") y das Auge der Geschichte ("ojo de la Historia"). Fotografía de Digital cat  (fuente: flickr.com).

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